Granada cuenta con mucha historia a sus espaldas, el reinado Nazarí, la reconquista cristiana, el descubrimiento de América... muchos momentos importantes se vivieron en esta ciudad, y todos ellos dejaron una marca en su arquitéctura. Decían en la antigua Roma, que la gloria de un emperador se veia en las edificaciones que dejaba para la posteridad, que duda cabe que en Granada hay mucha gloria.
Hay cuatro cosas fundamentales que ver en Granada; el Albaycín, Sacromonte, la Alhambra y la zona de la Catedral, con la Capilla Real y el Zoco.
El Albaycín es uno de los barrios más antiguos de Granada y una buena zona de tapas. El Sacromonte es un barrio gitano (probablemente el único turístico de toda España), dónde las casas están insertadas en la roca. Desde ambos puntos se pueden disfrutar de unas vistas increibles de la Alhambra. Lo ideal es no utilizar el coche para subir a estos lugares, si no quieres caminar demasiado o vas justo de tiempo, puedes utilizar el transporte público. Hay un autobús que sale desde la Plaza Nueva y te deja en el Sacromonte. Nosotros lo utilizamos sólo para subir, callejeamos por Sacromonte y fuimos bajando poco a poco viendo todo el Albaycín. Con paradita, por supuesto, para tomar alguna caña.
Desde el Albaycín bajamos hasta el Paseo de los Tristes, a orillas del rio Darro. Se trata de un parque conocido con este nombre porque era el camino por el que antiguamente los granadinos llevaban a sus difuntos hasta el cementerio. Este no es su nombre oficial, el paseo se llama Padre Manjón, pero si preguntas por él, es posible que nadie sepa de qué le estas hablando.
El paseo desde el Sacromonte hasta el Paseo de los tristes no es muy largo, pero suficiente como para hacer un poco de hambre. Por eso, si sigues caminando a orillas del Darro volverás al mismo lugar donde cogiste el autobús. La Plaza Nueva está rodeada de bares dónde tomar una buena cerveza Alhambra y comer a base de las famosas tapas granadinas. Te aseguro que con tres consumiciones te vas a casa comido.
